[TEXT: Mariano Sazatornil]
Cuando parece que puede haber un gobierno de izquierdas, redacto estas brevísimas notas abiertas a todo tipo de discusión sobre algunas de las políticas económicas de izquierdas que se vienen escuchando. En estas breves notas, sólo abordaré cuatro: pensiones, tasas universitarias, nacionalización de empresas y deuda, pues creo que precisan de una meditación más profunda de la que aparece cada día en los medios de comunicación
Pensiones
Las pensiones no se deberían blindar actualizándose según el IPC. Por ejemplo, cabe suponer que si el IPC fuera negativo, como ya ha ocurrido recientemente, no se minoraría el importe de las pensiones (¿se congelarían, se minorarían?).
Por otra parte, frente a una muy grave crisis económica, como también ha ocurrido, en que sobre tres millones de personas fueron al paro y el personal del sector público vio minorado su salario en el 5%, se puede plantear una congelación de las pensiones, al menos las de mayor cuantía, y no actualizarlas según el IPC, pues ha de ser el conjunto del país que solidariamente afronte aquella crisis.
Las pensiones han de estar en función de la cotización que se haya llevado a cabo, sin más añadidos. Otra cuestión es que si de ello resultan pensiones que no permiten un retiro digno, el Estado complete aquellas pensiones, y con cargo a los Presupuestos Generales del Estado, con un complemento pertinente. De lo que se trata es de combatir la pobreza, no de establecer pensiones no ligadas a las cotizaciones.
Por favor, experimenten en una renta básica a través de un impuesto negativo sobre la renta, o un sistema similar.
Matriculas universitarias
Se viene hablando de la posibilidad de hacer gratuita la matrícula en la universidad pública, o bajarla drásticamente. Ello me parece un error en el estado actual de la riqueza del país.
Si a la universidad accede el 38% de los jóvenes en edad universitaria, esto quiere decir que son, mayoritariamente, los hijos de las clases medias medias, medias altas y altas (los hijos de las clases muy altas van a la universidad que quieran), en frente de las clases medias bajas y bajas los que acceden a la universidad. En consecuencia en la financiación de la universidad pública se produce un trasvase de rentas de las clases bajas a las altas.
Por otra parte, los titulados universitarios tienen de media un salario superior al que tienen otros titulados y su tasa de paro es menor, por lo tanto invertir en obtener un título universitario es una muy buena inversión personal. Así mismo, hay que tener en cuenta que este titulado pagará más por el impuesto sobre la renta (lo que refuerza el hecho de que este impuesto deba ser progresivo, y de ahí también, entre otros motivos, el interés del Estado en financiar la universidad).
Todo ello hace coherente que el estudiante universitario pague en parte el coste de la enseñanza superior. Lo que sí es importante es el establecimiento de un buen sistema de becas que incluso cubra el beneficio cesante por no trabajar el hijo de una familia muy necesitada. No es la gratuidad de la enseñanza superior lo que se debería debatir, sino asegurar verdaderamente la igualdad de oportunidades.
Por favor, inviertan antes de una forma decidida en la enseñanza primaria y secundaria.
Nacionalización de empresas
A veces se habla de la conveniencia de nacionalizar determinadas empresas, como bancos, eléctricas. etc.,
En múltiples casos se ha hecho manifiesto que la empresa pública no es tan eficiente como la empresa privada, no es tan competitiva (me refiero a empresas de carácter industrial principalmente, no al sector público en general, que es más amplio, comprendiendo, entre otros, la enseñanza, o la sanidad, que no deberíamos dudar de la conveniencia de que fueran de carácter público).
Hoy en día no se trata de nacionalizar empresas, sino de intervenir en los mercados, aquí sí que se debe exigir que la administración regule el funcionamiento de los mercados en beneficio de la población y la empresa deberá adaptarse a esa regulación.
Por favor, inviertan en investigación y desarrollo.
Deuda
De una vez, tenemos que tener el convencimiento de que reducir la deuda es política de izquierdas. La deuda lo que facilita es un mejor nivel de vida por encima de la riqueza producida pero que compromete a las generaciones futuras. La solidaridad intergeneracional exige que la generación actual no endeude a las generaciones futuras más allá de un determinado límite. Así, hay que reducir la deuda a unos límites muy inferiores a los actuales.
Por favor, incrementen los recursos públicos.
Nota.– Y sobre el Impuesto de Sucesiones y Donaciones un primer apunte es recordar aquella cita bíblica que dice: “Te ganarás el pan con el sudor de tu frente”.